viernes, 20 de enero de 2012

RITUAL DE VENGANZA: El Ataúd.

¿Qué tal, amigos? ¿Cómo está transcurriendo este primer mes del año?
Esta vez os presento una historia un tanto claustrofóbica que seguro os enganchará. ¿Cómo reaccionaríais si despertarais encerrados en un ataúd?
Salud(os). No os agobieis demasiado...



RITUAL DE VENGANZA
EL ATAÚD


¿Dónde estoy? No veo nada, está muy oscuro.
    Estoy tumbado boca arriba, apenas puedo moverme. Todo me da vueltas, mi cabeza va estallar.
    Huelo a perfume de mujer. No, ese otro olor me ha confundido, deben son flores. Siento los puños de una chaqueta. Intuyo que debo vestir un traje y unos zapatos duros y pesados. Doblo los pies; a decir verdad, parecen cómodos. Noto mi cabello mojado. ¿Hace mucho calor aquí dentro o sólo me lo parece?
¡Bum! ¡Joder, qué golpe! Casi me abro la cabeza. Me toco la frente, parece que no sangro. Pero cómo duele, ostia. ¿Con qué ha sido? Alargo las manos, subo las rodillas. Parece una tapa dura. Un intenso escalofrío recorre todo mi cuerpo, mis intestinos se revuelven de súbito. No puedo creerlo…
    Estoy encerrado en algún sitio. Hay un olor a barniz muy intenso, me está asfixiando. Puedo levantar unos centímetros los brazos y las piernas. Creo que estoy en una gran caja de madera. ¿Alguien me quiere dar sepultura? Aún soy joven para morir, y menos para que me entierren vivo. Debe tratarse de una broma. Una puta broma pesada, diría yo. Mi mano derecha acaba de tocar algo a mi lado. Por el tacto, creo que son esas flores, un ramo. ¿Y esto? Parece cristal, ¡una botella! No pesa mucho, parece casi vacía. La levanto todo lo que puedo, a ver si puedo acercarla hasta mi boca. Bien, lo estoy haciendo. El tapón parece de rosca. Quizá sea agua, ¡genial!, tengo la boca como un zapato. Me tiemblan las manos, se derrama algo de líquido al intentar desenroscar el tapón. ¡Qué peste! Es whisky, sin duda, me ha caído sobre la chaqueta y la mano. Creo que voy a vomitar.

    He logrado contener la arcada, pero estar tumbado no ayuda mucho. Mi mente intenta atar cabos pero mi corazón se ha acelerado tanto que no me deja pensar, sólo oigo toques de tambor redoblando en mi pecho. No puedo evitar respirar fuerte y hondo. Me empieza a resultar difícil hacerlo.
    ¿Cómo demonios he ido a parar aquí? Venga, piensa algo. No consigo recordar nada. Deben ser los nervios, me siento extraño, como si me hubieran borrado todos mis recuerdos. Intento recordar mi nombre y… ¿cómo no voy a poder? ¡Raúl, joder! Han sido los nervios, me impiden pensar con lógica. Raúl López Olmos. Nadie puede olvidar su nombre así, por lo menos ya sé que no sufro amnesia. Debo concentrarme más. ¡No puedo! Haz un esfuerzo; El traje, el dolor de cabeza, las flores, la botella… Por más que lo intento, no soy capaz. Un momento, ¡sí! Son imágenes difusas, pero me son muy familiares. Unos muchachos uniformados… ¡Eso es, concéntrate un poco más! Empujones, risas; estamos de permiso en el pueblo con el novato cubano. ¿Ezequiel, se llama? Hay ganas de juerga y poco dinero, la paga es una mierda… ¡Somos soldados, eso es! Veo la licorería de los chinos, entramos y ponemos bote para pillar unas botellas de whisky… ¡Ya está! Bufff…Qué alivio. Me tomaré un respiro para no agobiarme, me estaba mareando. Por lo menos ya tengo algo claro, pero no lo suficiente para aclarar este embrollo. Estoy sudando como un descosido, ¡qué calor!
    La novatada era para el cubanito, no para mí. Nos hemos debido pillar una guaza considerable y, al final, me la han endiñado a mí. Voy a gritar, seguro que están ahí fuera. “¡Eh! Sacadme de aquí, cabrones. Ya está bien de cachondeo”.
Silencio. Voy a esperar un poco más. Vuelvo a gritar. Nada. ¿Es que me han dejado tirado, o qué? ¡Blam, blam, blam! Me arden las manos de tanto aporrear la tapa, ya deben estar hinchadas. ¡Si es que no consigo ver nada! Mis ojos no llegan a acostumbrarse a la oscuridad. ¿Será por los efectos del alcohol? Voy a intentar hacer fuerza, a ver si puedo mover la tapa. ¡Maldita sea, es imposible! Me duele el cuello de tanto forzarlo. El roce de la camisa empieza a incomodarme. Es el sudor, llevo rato sudando a mares.
Bueno, ya comienzo a ver algo. ¡Joder!, justo ahora se me mete sudor en un ojo. ¡Cómo escuece! Encima, se me está poniendo mala gana. El estómago me arde. Sólo faltaba esto… bilis subiendo por mi garganta. Tendré que tragármela, es desagradable pero necesario. ¡Agghh! Parece como si hubiera regurgitado salfumán, ¡qué amargor! Llevo las tripas fatal y siento mi vejiga tan hinchada de repente que tendré que orinar de un momento a otro. Comienzo a desesperarme. ¿Por qué me está pasando esto? ¿Qué he hecho yo para merecerlo, eh? Siento rabia, impotencia… ¡Les mataré, joder! Juro que, cuando salga de aquí… ¡Blam, blam, blam…! Suelto varios puñetazos con los nudillos. Ese ha dolido. Me falta el aire. Tranquilo, no debo agobiarme. Respira más despacio… Eso es. Se me ha metido una gota de sudor en el otro ojo, qué oportuno.

He vomitado.
    Joder, me echado toda la papilla por el cuello, casi me ahogo. Huele fatal y está caliente, seguro que ha sido por tragarme la bilis.
    Esto es insoportable. Les odio con toda mi alma. Cuando me saquen de aquí les partiré la cara a todos, empezando por el cubano, a ese no le puedo ni ver. Va de machito, el hijoputa. Siempre con ese acento latino de aquí para allá, con sus historias de La Habana y su abuela, la “Mama Chamba” de los cojones. A mí no me hacen ninguna gracia esos cuentos de vieja.
    El plan era sencillo; primero lo emborrachábamos, lo hacíamos meterse alguna raya y, después, lo llevábamos al cementerio donde teníamos preparado la fosa con el ataúd, cortesía del primo de uno del cuartel. Todo lo había ideado yo, por supuesto. Y ahora se ha vuelto todo en mi contra. El Ezequiel ese se ha debido oler el pastel y ha puesto a todos en mi contra, seguro. ¡Me las pagará!
Maldito zulo de mierda, ¡esto no hay quién lo aguante! ¡Blam, blam blam! “¡Sacadme ya de una puta vez! ¡Cómo se enteren los mandos, ya os podéis preparar, mamonazos!”.
    ¡Dios, cómo me duele la cabeza! Me van a reventar las sienes. Cada vez que meneo el cuello se desliza el vómito entre los pliegues de carne. Entre el poco aire que tenía y este tufo nauseabundo, los minutos que me queden de oxígeno están contados.
Golpeo y golpeo, ¡blam!, con las manos, ¡blam!, con la punta de los zapatos. Grito otra vez, para que se acojonen y crean que me he cagado encima. A ver si se dan cuenta que ya están yendo demasiado lejos. Ostia, esto es duro, muy sólido, se han tomado demasiadas molestias. Quieren hacerme pasar miedo de verdad, qué cabrones. ¡Que no puedo respirar, joder! Mis gritos resuenan alrededor, rebotan en las paredes de la caja y me son devueltos amplificados. El eco me va a destrozar los oídos.
Cierro los ojos e intento pensar algo que no sea golpear la tapa, debo conservar la energía y el oxígeno. Intenta descansar. No puedo. Abre tu mente, respira despacio. Lo intentaré.
    ¿De quién es esa voz? Puedo oír a una mujer canturreando. Creo verla a lo lejos, es bajita y lleva una túnica blanca. Lleva algo colgando de la mano que echa humo. Me espera en el cementerio. Hay velas alrededor de una tumba en el suelo, parece abierta. Llevo una botella en la mano y apenas puedo dar un paso recto. Alguien me ha llevado hasta allí, entre risas y empujones. Intento girarme para ver a mi acompañante, pero no puedo, una extraña fuerza me arrastra hacia el agujero. Los cánticos se hacen más fuertes cada vez que me acerco. El humo envuelve a la mujer, una anciana de cabello blanco y piel morena que, más que canturrear, parece aullar de dolor. Me asomo a la fosa. Ezequiel está dentro de la caja; pálido, con los ojos cerrados y las manos cruzadas sobre el pecho. No lo entiendo… De pronto, la vieja se acerca hacia mí y me empuja a la fosa. El ataúd está vacío cuando caigo en él. La tapa se cierra sobre mí con un sonido fatal, pero antes puedo ver a Ezequiel observándome desde el borde del agujero, justo dónde me encontraba yo hace unos instantes.

CONTINUARÁ...





4 comentarios:

  1. Excellent items from you, man. I've take into account your stuff prior to and you're simply too wonderful.
    I actually like what you have obtained right here, certainly like what you're stating and the best way through which you are saying it. You make it entertaining and you still take care of to stay it sensible. I cant wait to read much more from you. This is actually a terrific web site.

    Visit my page - best electric tootbrush

    ResponderEliminar